Acero

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Tome precauciones contra el monóxido de carbono.

La producción de acero y metales es la columna vertebral de todas las economías. Cada año se producen millones de toneladas de acero crudo como cobre, aluminio y plomo. A pesar de todas las innovaciones técnicas, los trabajadores del acero y el metal todavía enfrentan desafíos difíciles con riesgos de alta seguridad.

Incluso en instalaciones de última generación, los trabajadores pueden entrar en contacto con materiales peligrosos en altos hornos, líneas de laminación y fundiciones. La producción y el procesamiento de acero y metal deben continuar las 24 horas del día. Cualquier tiempo de inactividad o paralización representa una pérdida económica grave. Los procesos basados ​​en máquinas no pueden reemplazar algunos pasos de producción, como las verificaciones al azar directamente en el alto horno o convertidor. Las personas involucradas en estos procesos son verdaderos expertos, expertos en su trabajo. Dados los numerosos riesgos que plantean los gases y vapores tóxicos y explosivos, las partículas de polvo y el calor, que no son completamente prevenibles, los empleados deben realizar siempre su trabajo con una protección óptima. Debe evitarse cualquier riesgo adicional.

Ya sea que causen toxicidad aguda o enfermedades crónicas, los materiales peligrosos en la industria del acero y el metal representan una amenaza para la salud de los trabajadores. Uno de los mayores riesgos en la producción de acero y metales es la exposición a altas concentraciones de CO. Unas pocas respiraciones de CO pueden ser suficientes para causar daños permanentes al corazón y al sistema nervioso e incluso la muerte.

Durante la producción de acero se liberan muchos gases tóxicos y explosivos. Esto requiere un monitoreo constante de la atmósfera utilizando medidores de gas potentes para cumplir con los límites de exposición ocupacional actuales. Además, la generación simultánea de hidrógeno puede contaminar el sensor de CO en los dispositivos de medición de gas y provocar falsas alarmas. Esto puede provocar una interrupción costosa en la producción o incluso costar vidas humanas: si los empleados se acostumbran a ignorar la señal de alarma, una alarma real ya no se tomará en serio en una emergencia.

En concentraciones muy pequeñas, el CO₂ es una parte natural del aire que respiramos. Sin embargo, a concentraciones más altas, es potencialmente mortal ya que desplaza al oxígeno. Además, el metano representa un riesgo de explosión potencialmente catastrófico tanto para el personal como para la instalación.

Cualquier trabajo que involucre procesos de fabricación de acero, fundición y fundición de metales, así como el trabajo de mantenimiento en el sitio, debe ser inspeccionado y monitoreado permanentemente para detectar concentraciones de gases tóxicos y explosivos.

Una evaluación de riesgos detallada y actualizada periódicamente permite desarrollar un concepto de seguridad óptimo y específico del lugar. Esto incluye la instalación o el uso de dispositivos de advertencia de gas adecuados; en el caso del CO, no activará una falsa alarma a través de sensibilidades cruzadas relacionadas con el H₂. Lo mismo se aplica a la ropa de protección personal que proporciona una protección eficaz contra los peligros mecánicos o físicos sin impedir que el usuario realice un trabajo extenuante. Para emergencias, el equipo de escape y rescate debe estar disponible y ser fácil de usar.

Como fabricante de seguridad con experiencia, nos esforzamos por ofrecerle la mejor seguridad de detección de gas con nuestra experiencia en esta industria.